MAR ...

Quiero escribirte ... y tu inmensidad es lo primero

que llena mi alma, cuantas veces te he mirado,

mejor dicho, has dejado que me vea yo mismo

y que mi imaginación no tenga limites ... como

tu inmensidad, pero, es que tu inmensidad lo 

es por fuera y mayor aun por dentro.

Nunca estas solo, siempre estas allí como el amigo

fiel, lleno de admiradas exclamaciones. Así son

la playa y tu, siempre consintiendo y acariciando,

así como, el día y la noche contemplan tu belleza

y los recompensas convirtiendo el día en tu reflejo

y la noche en tu cómplice.

Tu también tienes estrellas que brillan y se mueven

como las del cielo, y sin embargo, a lo tuyo no lo llaman

firmamento, lo llaman profundidad, entonces, ...

¿ quien es quien ? ... ¿ quien mira a quien ?, no serás

infinito, pero nadie conoce tu final, no tendrás galaxias, 

pero tienes vida.

La profundidad es tu mundo interior, es tu intimidad,

son tus entrañas, es tu infinita belleza, es tu alma

que nadie ha podido atreverse a mirarla, porque 

es sagrada y solo te pertenece a ti, porque tu profundidad

es inherente a tu propia existencia, conservala así,

como se conservan los tesoros del alma, pero no como,

los olvidados que han dejado en tu seno, cuando

te pones bravo y que en posterior apropiación indebida

van de mano en mano, gastandose, que solo van arrebatando

sentimientos negativos.

Tu profundidad debes guardarla como se guarda la inspiración,

esa que has motivado convertida en inmensidad de pensamientos,

pero dueños cada uno de ellos, allí donde nadie hurga, porque

nadie entrega los tesoros cuando son del alma.

Solo hay una manera, conocerla, pero no para tocarla,

mas no para no entregarla, porque ella es así, venerable,

solo para ser admirada, como se admira la belleza,

solo para sentirla, como se siente el amor que te tengo.

lechería, mayo 2010

h. padilla carrasco