La esperanza se adueño
como sombra que arropa,
Vibrar de estrellas que
embargan las noches.
Resplandor de luna alumbra
con señorío el vientre infinito.
Desgarran el silencio, latidos
y gemidos, presagian tormenta.
Arde la pasión que avasalla al sol,
testigo que señala el lugar secreto,
Incólume el tiempo, atiza experiencias,
se ancla la virginidad.
Deslizantes lagrimas,
veredas buscando el todo.
Lo inesperado comienza,
la ilusión se convierte,
la aventura se somete.
Alborozo, ecos retumban,
potro en sabana, suelto,
sin riendas, los astros estrujan,
galopes del corazón anhelante.
H. Padilla Carrasco
Lecheria, 02/09/13