La mirada
Solo una mirada bastó, para entregarte mi corazón,
no fue amor a primera vista, ya existías en mí,
después de tu mirada, ya no pude vivir sin tí,
adorarte, siempre será una bendición.
Aunque no existiera cielo, yo siempre te amaré,
y aunque no hubiese infierno, te temeré,
ni tienes que darme, porque te quiera,
lo mismo que te quiero, te quisiera.
Te necesito como cauce al rio,
como el árbol a su savia,
tu alabanza será gloriosa,
en fin, es por ti que te quiero.
Aunque lo que espero, no esperara,
deposito mi corazón en tus manos,
tómalo y limpialo que radiante será,
y siempre de tu amor lleno estará.
lechería, agosto 2009
h. padilla carrasco
No hay comentarios.:
Publicar un comentario